Cómo y cuándo se comía en la antigua Roma

12 diciembre 2020

 

Seguramente alguna vez nos hemos preguntado cómo debería ser un día cualquiera desde el punto de vista culinario en la antigua Roma. En el artículo de hoy descubriremos cómo y cuándo se comía en la antigua Roma.

El día comenzaba temprano y la primera actividad relacionada con la comida era el ientaculum que era el desayuno. Este almuerzo consistía principalmente en comer pan y queso.

Alrededor de mediodía la población romana hacia una pequeña pausa en el trabajo. En este momento es cuando se llevaba a cabo el prandium. Éste consistía en una pequeña comida que se consumía rápidamente en casa estando de pie o sentado en un taburete y consistía principalmente en comida fría o restos de la cena. El prandium se podía realizar también fuera de las paredes domésticas adquiriéndose comidas a vendedores ambulantes o en espacios dedicados a ello. A éstos lugares se les conocía con el nombre de Thermopolia,  popinae o capunoae. Las comidas que se podían adquirir en este espacio tenían un precio contenido e incluían vino caliente o frío. Aquí también era posible adquirir comida para llevar, como por ejemplo para un viaje o para consumir en un segundo momento. La comida que más se consumía era principalmente pan caliente, huevos fritos y/o cocidos y carne. Las fuentes que han llegado hasta al día de hoy nos refieren que uno de los platos preferidos por la población romana para consumir en estos espacios estaba relacionado con las entrañas y la grasa de los animales. Durante el reinado de Nerón se prohibieron en los puestos la venta de determinados platos calientes para favorecer el consumo de otros que se basaban en legumbres y verdura. Con el término prandium se indicaba también la cena de las personas solitarias, de los soldados y de las familias en luto.

 

 

 La cena sin duda era la comida preferida en la Antigua Roma. Se consumía entre las tres o las cuatro de la tarde. A veces se llevaba a cabo entre amigos, generalmente después de haber frecuentado las termas. Estas reuniones llamadas convivium se llevan a cabo desde una actitud distendida y estaban enfocadas a disfrutar después del día de trabajo del otium.

Cuando la cena se llevaba a cabo en familia o entre unas pocas amistades consistía generalmente en un entrante y un plato de carne. En ocasiones se organizaban verdaderos festines elaborando recetas muy sofisticadas. Los festines empezaban con una serie de entrantes que consistían generalmente en huevos, aceitunas, marisco y verduras. Esta parte de la cena se la denominaba gustatio o promulsis debido al mulsum, vino dulce que se utilizaba para acompañar los platos. Después de los entrantes se servían varios platos de carne y de pescado que podían ser muy elaborados. A esta parte de la cena se la indicaba con el nombre de mensa prima o caput cenae. El final de la cena se llamaba secundae mensae y consistía en consumir dulces y frutas. Una vez ultimada la comida los y las comensales se entretenían disfrutando de la compañía recíproca generalmente conversando y bebiendo vino.

 

Andrea Vincenti.

Arqueólogo y cooperante. Viajero y Knowmad.