Armas y Armaduras en el Medievo

21 abril 2021


La edad media es conocida por multitud de objetos, arquitectura o costumbres, pero si hay algo que destaca sobremanera son sus armas y armaduras. Se puede distinguir dos utilidades de estas, una era para la batalla y otra era para el ocio, en los torneos medievales y justas. Dicho torneos siguen realizándose, de otro modo, hoy día.

Pero ¿Qué y cómo eran las armas medievales?

La espada

Quizás el arma más famosa junto a la armadura. En la edad media las espadas solían tener una empuñadura en cruz, normalmente decorada o simplemente reforzada y eso sí, eran espadas muy muy pesadas, ya que eran de hierro forjado. La decoración de la empuñadura de las espadas de los nobles, solía ser tallada en madera o las más elaboradas aún, que eran en marfil con los escudos de la realeza pintados en este. El uso más habitual de las espadas eran las batallas o en los torneos medievales. La espada más famosa de esta época sin duda es la espada Skalibur.

El arco

Esta arma, quizás, sea una de las armas más conocidas de la edad media. Esto entre otras cosas se debe a un personaje de ficción que todo conocemos a través de leyendas y cuentos que luego pasaron a la gran pantalla, Robin Hood. El arco era un arma que requería una buena habilidad y destreza, por lo que estaba muy bien considerada. Era una buena arma para alcanzar a los enemigos a gran distancia, pero es cierto que con el desarrollo de las armaduras, el daño causado por las flechas fue disminuyendo. Esto provocó que su uso se complementara con el de las ballestas medievales. El arco se utilizaba en las batallas y también en concursos de puntería, donde los arqueros demostraban su destreza.

La ballesta

Las ballestas se utilizaban en la edad media cuando el enemigo llevaba una buena protección. Esto se debe a que en la comparativa con el arco, la ballesta estaba pensada para perforar materiales más resistentes. Es lógico pensar que por qué no se utilizaban solo ballestas y no arcos. Pues la clave está en la carga de la munición de la época, las flechas o en las ballestas también denominadas saetas, pernos o virotes. Y es que para cargar las primeras ballestas medievales, había que apoyar el frontal del arma en el suelo, sujetarla con los pies, tesar la cuerda hacia atrás con las dos manos y colocar la munición. Como se puede imaginar esto conllevaba un tiempo que no se podían permitir todos los tiradores en una batalla por aquella época.

La armadura

Desde los inicios de la humanidad, el ser humano siempre ha buscado un armazón con el que protegerse cuando se producían enfrentamientos físicos. En la prehistoria se empezó usando la piel de los animales que anteriormente se cazaron para comer. Luego se pasó a tratar esa piel y se usó el cuero como protección y finalmente se llegó al metal de las armaduras. Pero es en la antigua edad media donde este último tipo de protección empezó a tomar mayor protagonismo, ya que en el medievo la armadura era de un carácter integral, es decir, eran armaduras que cubrían todo el cuerpo. Bajo estas armaduras se colocaba la cota de maya, que como su nombre indica era una maya formada por anillos pequeños unidos entre sí. Esta cota de maya servía para proteger las partes que quedaban más vulnerables por la unión de las piezas de la armadura, como podían ser el cuello, las axilas o la entrepierna. Las armaduras se usaban tanto en los conflictos bélicos como en los torneos medievales y justas.